Extractivismo y conflictos sociales: los llanos orientales en la historia petrolera de Colombia

Los llanos orientales en la historia petrolera de Colombia

JUAN FELIPE HARMAN
Oilwatch
Cuando se habla de los Llanos Orientales en el imaginario social se cree que se hace referencia a un lugar plano homogéneo y vacío, negando la diversidad ecológica y biológica, que cuenta con 32 tipo de sabana, bosque andino, y selva tropical, con el 40% de riqueza hídrica del país , el 40% de las especies de aves[i]. También se niega la diversidad cultural en donde aún se encuentran pueblos indígenas en muchos territorios, existen colonos que hicieron historia al construir esta región a espaldas del estado huyendo de la violencia en diferentes migraciones desde el interior del país y en consecuencia un pueblo hecho a tesón y valentía espesa entre la realidades del conflicto sociopolítico del país.
Conflicto social que se agudiza por la voracidad de empresas multinacionales petroleras en la región, la producción de hidrocarburos en Colombia desde los 80s depende fundamentalmente de los llanos orientales, Caño Limon (1983), Cusiana y Cupiagua (1992) y ahora Rubiales, han sido los yacimientos más codiciados que sin reparo han desarrollado todo tipo de despojo en las comunidades aledañas a las zonas de explotación, destruyendo su territorio y subordinando las vidas de las comunidades alrededor de la industria petrolera con pocas garantías y pésimas condiciones de vida.
La industria petrolera toma un nuevo impulso de la mano con la política de estado denominada como «locomotora de desarrollo» en el gobierno de Santos, amplifica su poder de incidencia en esta región, privatizando territorios enteros con impactos socio ambientales en las comunidades para seguir estimulando una economía de enclave sustentada en el extractivismo que se replica en toda América Latina como respuesta a las dinámicas actuales del neoliberalismo.

Las dinámicas de la «locomotora minera» en materia de hidrocarburos en los Llanos Orientales.

En el desarrollo de la producción de los campos de Caño Limon, Cusiana y Cupiagua; los gobiernos desde Gaviria a Pastrana promovieron todo tipo de dadivas económicas, incluso dando la espalda a las alianzas con grupos paramilitares como es el caso de la OXY en Arauca y la BP en Casanare. Pero fue el gobierno de Uribe fue quien transformo la política petrolera del país de manera radical para complacer a todo costo a las multinacionales, en aras de la confianza inversionista termino por revivir los contratos de concesión moderna donde las petroleras solamente pagan unas escazas regalías, y crea la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), agencia que subasta los territorios por toda la geografía nacional al mejor postor en una mesa de negocios establecida como ronda.

Discurso que se fortalece con el impulso hecho por el Gobierno de Santos a la economía extractivista soportada en la «locomotora minero energética» donde legitima lo hecho por Uribe, sigue dando más concesiones y aumenta la velocidad de la productividad petrolera en detrimento de las reservas que aseguran la soberanía energética del país, dicha estrategia de crecimiento se centra en las siguientes dinámicas:

La expansión de la industria en territorios inexplorados y sensibles socio ambientalmente
Múltiples protestas se han tomado los llanos ambientales en rechazo a la exploración 3D en ecosistemas ambientalmente sensibles del cual depende el bienestar de las comunidades, en donde se esperan impactos ambientales como la intervención de nacimientos de agua, la desforestación y la desregulación de los niveles freáticos.
En el norte de Casanare, un bloque petrolero entregado a Hocol quiere intervenir tres municipios ubicados en el piedemonte y con él, más de 132 nacimientos de agua que le dan el caudal al Rio Pauto, incluyendo el municipio de Tamara, patrimonio cultural y arqueológico de Casanare en donde la vocación agrícola es muy fuerte, incluso en donde tiene asentamiento el resguardo UWA de Chaparral Barro Negro.
Entre Aguazul y Maní en Casanare, la multinacional española Cepcolsa tenía un pozo exploratorio a 200 metros de la Laguna de Tinije, humedal que cumple 4 de las 6 condiciones RAMSAR como zona de protección internacional, teniendo valores culturales ancestrales por los mitos de la cultura Totul Xiu y cuya oposición de los pobladores casanareños fue tan radical que la empresa no tuvo otra salida a retirarse del lugar afirmando que no habían garantías para operar y amenazando con demandas a la Agencia Nacional de Hidrocarburos(ANH) por incumplir con la responsabilidad contractual de garantizar las condiciones para la operación.
En el centro del Meta, el bloque CPO-9 otorgado a Ecopetrol quiere realizar sísmica 3D en las zonas de amortiguación del Sumapaz, donde se encuentran todos los nacimientos de agua que abastecen los acueductos comunitarios de las veredas del piedemonte llanero, son las fábricas de agua naturales de los metenses que están en el juego y la vocación agrícola de sus tierras, las comunidades campesinas han forzado varios escenarios de dialogo con la empresa sin respuestas concretas.
Por otra parte, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) termina siendo un acuerdo con Parques Naturales para reordenar socio espacialmente las zonas amortiguadores de la Sierra de la Macarena en aras de desarrollar proyectos de hidrocarburos en esta zona del país[ii], situación que se complemente con la entrega de un sinnúmero de bloques que prácticamente están bordeando tres parques naturales (Parque Natural Picachos, Tinigua y la Macarena) donde tienen presencia las petroleras canadienses Petronova y Petrominerales, la empresa china Hupecol y la empresa Hocol, propiedad de Ecopetrol.
Además de ello, la expansión del programa de crudos pesados por parte de la ANH tiene bajo un sistema contractual especial a todo el Vichada, sur de Casanare y sur del Meta, contratos donde el estado tiene el 1% de participación y las empresas multinacionales el 99%, como es el caso del bloque CPE-6 en donde Pacific Rubiales encontró importantes reservas de crudo en el municipio de Mapiripan.

En general el 78% de los llanos orientales están en proceso de exploración y producción de petróleo[iii], subordinando las dinámicas económicas y sociales de las comunidades a la especulación financiera y perjudicando la calidad de vida de las comunidades.


Intensificar la producción: la locomotora a todo vapor

Ante la ausencia de nuevos yacimientos de tamaño considerable, se han venido cualificando las técnicas de producción de los campos maduros aprovechando los buenos precios que actualmente tienen los crudos pesados, es así como Rubiales descubierto en 1984 termina siendo el yacimiento más importante del país, para aprovechar el entorno internacional las empresas petroleras dinamizan a mayor velocidad la extracción de petróleo en estas zonas y venderlo a los precios actuales.
En ese sentido hay todo tipo de atropellos: destrozos ambientales, tercerización laboral, destrucción de las vías de las comunidades, trashumancia laboral, escaza fiscalización de la producción, bloques petroleros que se configuran como islas corporativas a favor de las empresas.
Puerto Gaitán es un claro ejemplo, en la medida en que creció la producción de crudo pesado por parte de las compañías petroleras ( Pacific Rubiales, Cepcolsa, Hocol, Hupecol, entre otras) sufrió una colonización desbocada de 12000 habitantes en ocho años[iv], que incluso termino por enfrentar a la comunidad aledaña con los visitantes por el derecho al trabajo.
Trabajo en condiciones precarias, la tercerización le lava las manos a las multinacionales operadoras y las empresas contratistas constituyen maquilas caracterizadas por trabajos de 14 horas diarias, 28 días al mes, campamentos en condiciones de hacinamiento y en muchas casos sin remuneración en periodos de prueba.
La autonomía de los municipios productores queda renegada y más con la nueva reforma al sistema de regalías, con el escaso presupuesto que tenían de regalías en comparación a las inmensas ganancias de las empresas generaban medianamente empleo, aunque suene infame hasta para construir elefantes blancos, ahora la única fuente de empleo es la empresa petrolera, lo que lleva a que sea el actor que concentra el poder económico, social y político.
Lo importante para estas multinacionales es extraer sin reparo, sin importar que el tráfico de mulas de Petromagdalena destruya una escuela veredal en Trinidad[v], Casanare. Ni muchos menos que los vertimientos de la industria generen una mortandad de peces en Barranca de Upia por parte de Petrominerales, ni la contaminación hídrica del rio Guayuriba producida por la estatal Ecopetrol en las veredas de Villavicencio.
La locomotora minera no para, ha terminado de destruir el lugar sagrado de la Laguna de Lipa en donde actualmente sigue explotando a perpetuidad gracias a Uribe la empresa Occidental, ni de secar el rio Cusiana que ya se encuentra disminuido en un 40%, por la operación de los pozos que ahora se encuentran en manos de Talisman y Ecopetrol, al contrario frente a nuevas técnicas de perforación desarrolla un programa de recuperación de pozos donde se explotan los campos maduros al máximo.
Ampliar la capacidad de transporte para extraer el crudo
La ampliación de la capacidad de transporte se hace por varios métodos, la construcción de nuevos oleoductos y la intensificación de vehículos pesados de transporte en crudo
El Oleoducto de los Llanos (ODLL) como plataforma de transporte para conectar la producción de crudos pesados que viene del Meta al sistema de oleoductos de Monterrey en Casanare. En dicho oleoducto tiene participación Ecopetrol y Pacific Rubiales, en su construcción se destruyo un cementerio indígena y una laguna sagrada de los pueblos Achagua y Piapocos en Puerto Lopez (Meta)[vi] en donde además se configuraron todo tipo de abusos en la negociación de las servidumbres con las parcelas campesinas que atravesaban su recorrido.
Esa misma problemática se proyecta con la construcción del Oleoducto Bicentenario, proyecto en alianza con Venezuela para diseñar la salida del pacifico con la intensión de exportarle crudo a China con mayor intensidad, el pueblo araucano se ha enfrentado a dicho proyecto en la medida que perjudica directamente las comunidades que ven como el estado expropia sus terrenos en términos de 15 a 20 días para cedérselos a los proyectos de transporte..
El tráfico de tractomulas de carga que llevan crudo o nafta (diluyente) colapsan todos los sistemas viales, estos vehículos de manera recurrente atraviesan los cascos urbanos de los municipios aumentando la accidentalidad. Esta situación , que se mezcla con las pésimas condiciones laborales de sus conductores, genera los más altos índices de accidentalidad en la vía Bogotá- Villavicencio, incluso en una de esas ocasiones, a punto de contaminar las aguas de uno de los acueductos comunitarios de la capital del Meta.
El pueblo llanero construye sus resistencias
El campesino que cultivaba, trabajaba para su comida, para la vida. Hoy ha venido ganando conciencia que las empresas multinacionales no solo lo han convertido en obrero precarizado, que por unos cuantos pesos debe aportar su mano de obra a la degradación de su territorio, a la destrucción de sus ríos. Los escenarios de protesta, ya no se limitan a la simple contratación laboral sino que además ha habido un salto cualitativo en donde el medio ambiente se le otorga un papel fundamental.
La crisis económica de los municipios productores después de los cambios en el sistema general de regalías cuestiono a sus habitantes favorablemente sobre el tema central de la renta petrolera donde está en juego la soberanía energética del país.
Las comunidades aledañas se organizan para mejorar sus condiciones de vida en resistencia al saqueo que hace que sus hijos aruñen el polvo de las mulas entre la miseria y el abandono, pierden el miedo frente al militarismo y la represión, configurando otro escenario donde las relaciones con la empresa no se tiñan de mendicidad sino de exigencia, para lo cual estimulan su imaginación colectiva en la concreción de protestas y propuestas.
Dichos movimientos hoy configuran la oportunidad histórica de buscar canales de articulación social entre las comunidades, superando la dispersión y asumiendo la confrontación contra las gigantescas ganancias de las trasnacionales y la política de estado que las legitima en el territorio, recurriendo a la tradición heroica del llanero, de los memorables lanceros que siguen galopando en el llano con el sentido máximo de amor a su tierra y a su patria.
Notas
[i] INSTITUTO HUMBOLT, La cuenca del Orinoco: Plan de acción en biodiversidad de la Cuenca del Orinoco, Bogota, Colombia, 2005.
[ii] Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) http://www.anh.gov.co/es/index.php?id=72
[iii] Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Mapa de tierras, http://www.anh.gov.co/es/index.php?id=1
[iv] Alcaldia de Puerto Gaitan, Meta. Plan de Desarrollo 2008 -2011, pag 15, Puerto Gaitan, Meta.

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